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Seguir comprandoPor qué los vallados metálicos son mejores para el jardín
Una valla es un elemento importante en cualquier jardín. Al estar en exteriores, una cerca de jardín debe ser firme y resistir los efectos del clima y los rayos UV. En ese sentido, los vallados metálicos son mejores para el jardín porque te permiten conseguir seguridad con mayor durabilidad. A continuación te contamos por qué este tipo de valla es la mejor inversión que podrás hacer para tu jardín.
Consigues más protección y privacidad con un vallado metálico
Las vallas metálicas son muy resistentes, superando otras opciones como las vallas de madera o de PVC. Suelen ser robustas y difíciles de mover o deformar. Puedes elegir la altura y las dimensiones que se adapten al nivel de seguridad que quieras conseguir, así que puedes delimitar fácilmente tu jardín y proteger a tu familia de intrusos.
La mayoría de las vallas metálicas permiten el paso de luz y no bloquean la vista hacia el exterior. Pero si quieres aumentar la privacidad puedes optar por una malla de ocultación. Así como también controlar el paso con puertas o cancelas metálicas, combinándolas con el diseño de tu valla.
Hay gran variedad de materiales para una valla de jardín
Hay muchos tipos de cerramientos metálicos: mallas flexibles (como la malla de simple torsión), paneles fijos (como la malla hércules) y barandas o rejas. Son fabricados con materiales como aluminio, acero y hierro forjado, considerado éste último como uno de los materiales más duraderos.
Asimismo, algunos materiales vienen con tratamientos anticorrosivos y recubiertos en plástico con opciones de vallas de color verde, blanco, gris, etc., como también con alambres galvanizados o prelacados. Esta variedad, deriva en una amplia gama de precios y combinaciones estéticas posibles.
Las vallas metálicas son duraderas
El metal es difícil de dañar y los vallados metálicos pueden durar décadas. La naturaleza de su estructura le confiere alta calidad y durabilidad. Siendo capaz de resistir los efectos de la lluvia, el viento, los rayos UV y los cambios de clima sin perder sus propiedades. No se astillan ni cambian de color, aunque pueden oxidarse y deteriorarse con el paso del tiempo si no han sido tratadas correctamente.
El óxido y el desgaste son factores que amenazan su vida útil. Otros factores que pueden afectar la durabilidad de un cerramiento metálico son: el tipo de metal, el tipo de protección, tratamiento o acabado, así como las condiciones climáticas a las que se expone. Por eso es importante revisar si la valla es de calidad, y si ha sido tratada con anticorrosivos antes de comprarla.
Es fácil hacer mantenimiento a una valla metálica
Una de las ventajas de una valla metálica para jardín es el poco mantenimiento que requiere. Al resistir el desgaste diario y los efectos del clima, el mayor esfuerzo consistirá en limpiar la suciedad, para que no se dañe la pintura ni se corroa el metal. Se recomienda hacer una inspección periódica.
Si una sección se rompe, se puede soldar o reparar sin reemplazar toda la línea de la cerca. A largo plazo, es posible que se observen manchas de óxido. Y aunque éstas no comprometen la seguridad estructural de toda la cerca, se pueden solucionar con un cepillo de alambre y pintura anticorrosiva.
Las vallas metálicas mejoran la apariencia de tu jardín, agregándole privacidad y seguridad. La resistencia, durabilidad, estética y mantenimiento son solo algunas de las ventajas de este tipo de cerramiento. En Securfix disponemos de todos los materiales y accesorios que necesitas para crear el cerramiento metálico perfecto para tu casa y tu jardín.